Nuevos datos sobre el COVID-19, las embarazadas y los bebés
Media Contact: Karina Rusk
831-759-1843
(Este artículo fue escrito en Julio del 2020)
El embarazo durante la época del COVID-19 plantea numerosas preguntas e inquietudes. Recientemente, los Centers for Disease Control and Prevention-CDC (centros para el control y prevención de enfermedades) anunciaron que las mujeres embarazadas presentan un mayor riesgo de presentar un cuadro grave de COVID-19 en comparación con las mujeres no embarazadas en edad fértil. Los CDC también revelaron que las mujeres embarazadas tienen más probabilidades de ser hospitalizadas, ingresadas en la unidad de cuidados intensivos e intubadas.
Según la Dra. Rachel Beck, MD, obstetra y ginecóloga en Salinas Valley Health Clinics Healthcare for Women, y Jefa de Personal del Salinas Valley Health Medical Center, estos nuevos datos requieren algunas aclaraciones.
“Uno de los problemas con estos nuevos datos es que nos llega tanta información, tan rápido, que a veces es difícil digerir lo que es relevante, lo que no es relevante, lo que es real, lo que no es real”, dice la Dra. Beck. “Sin embargo, esta nueva información es algo que nos tomamos muy en serio. La buena noticia es que los datos no muestran ningún aumento del riesgo de mortalidad. Entonces, eso es una ventaja”, afirma.
Otro problema con el estudio es que no se discriminaron los datos correspondientes a mujeres hospitalizadas por razones no relacionadas con COVID. Las mujeres embarazadas tienen más probabilidades de ser hospitalizadas simplemente por complicaciones del embarazo. Este estudio no separó las hospitalizaciones específicas por COVID de las relacionadas con la obstetricia.
“Lamentablemente esto complica un poco los datos, pero tenemos que asumir lo peor; tomarlo en serio y simplemente continuar analizando los efectos del COVID-19 en las mujeres embarazadas”, agrega la Dra. Beck. La información que se ha mantenido constante desde el comienzo de la pandemia incluye la transmisión poco frecuente del virus de madre a hijo y que es seguro amamantar, incluso si la madre es positiva para COVID-19.
Cuarentena previa al parto, experiencia hospitalaria
El Salinas Valley Health Medical Center recomienda a las mujeres embarazadas que se pongan en cuarentena alrededor de las 37 semanas de gestación, aproximadamente tres semanas antes de la fecha de parto, para limitar el contacto con cualquier persona fuera del hogar. También se exhorta a que los demás miembros del hogar limiten el contacto exterior tanto como sea posible.
“Al día de hoy, no tenemos la capacidad para realizar pruebas a todas las pacientes embarazadas. Pero hacemos pruebas a pacientes que tienen una cesárea programada, ya que sabemos el día en que vendrán para su intervención. Se les hará la prueba de COVID-19 aproximadamente cuatro días antes del procedimiento programado”, explica la Dra. Beck.
Si una mujer da positivo, ella junto con el equipo médico analizarán si el bebé debe ser separado o no. Algunas mujeres prefieren seguir teniendo contacto estrecho con su bebé y amamantarlo directamente (en lugar de extraer la leche materna).
“Respetamos sus decisiones y tenemos un consentimiento informado. Si una madre decide no separarse de su bebé, tomamos todas las precauciones adecuadas para el lavado de manos y el uso de mascarilla por parte de la madre”, señala la Dra. Beck. “Lo único bueno de las mujeres embarazadas y los bebés es que siempre nos hemos lavado las manos antes de alzar a los recién nacidos, mucho antes del COVID. Entonces, estamos siendo aún más diligentes con ese proceso”.
En las semanas posteriores
Una vez que la mamá y el bebé hayan regresado a casa, se exhorta a limitar las reuniones numerosas y a conservar el hábito del uso de mascarilla y el distanciamiento social al interactuar con las visitas. “Sé que cuando tienes un recién nacido, todo el mundo quiere pasar y conocer al bebé. Considero que en la actualidad la nueva norma sería limitar quién viene a ver a tu bebé”.
La seguridad siempre es una prioridad
El Salinas Valley Health Medical Center ha tomado el más alto nivel de medidas de precaución para garantizar que todas sus pacientes se sientan seguras, estén embarazadas o no. Asignar turnos médicos, realizar evaluaciones (controles de temperatura, preguntas sobre posibles síntomas), no permitir visitas adicionales y ofrecer visitas por video a través de servicios de telesalud, son algunas de las acciones que el hospital ha implementado.
“Sigo diciendo que el lugar más seguro para dar a luz es el hospital. Tenemos muchos protocolos y procesos para mantener a las pacientes a salvo del COVID-19, pero también de todas las preocupaciones y complicaciones obstétricas que pueden surgir”, concluye la Dra. Beck. "Sin duda, el lugar más seguro para tener a su bebé es en el hospital".